Psiberiano

Dónde estoy?
Mamá, dónde estoy?
Había claridez pero todo se oscureció.
Repentínamente, me comió la oscuridad.
El delfín de los pinball estaba caliente
y quería cazar.

Si Mr. Hyde era perverso
Entonces Jeckyll también
Porque Hyde no era más que su inconciente.

Eso me recuerda
a aquel artículo que una tarde lluviosa leí en el diario que el viejo
café de la esquina ofrecía a sus clientes vitalicios, la mayoría aficionados lectores.

Un desquiciado pervertido a quien probablemente el padre golpeaba con frecuencia con su cinto y su madre no era más que itra mujerzuela de la vida, había secuestrado de manera muy prolija y profesional a una adolescente del instituto.
El sólo hecho de recordar el rostro y el cuerpo de aquella jovencita me provoca escalofríos. El cabello largo y rubio tapando por momentos aquellos inocentes ojos...

Ese hombre resentido - Perdón. Llamar "hombre" a tal monstruo es blasfemar contra el propio equilibrio químico de la ciencia.

Qué horrible la sensación de "todo saldrá mal, lo sé" que tenía esa tarde, mientras veía el periódico, sin poder mirar ni el artículo ni la foto de la muchacha.
Aparentemente, la jovencita había desaparecido incluso del lugar donde este pervertido y trastornado había amarradosus suaves manos detrás del respaldo de la silla de caños.

Al leer esto, mi corazón se paró por un segundo y mi cara se transformó.
Estaba en lo cierto... todo iba a salir mal.

El doble nudo de la soga de hilo sisal no
había dado resultado.

Nunca fuí muy bueno atando nudos.