Mis caravelas: Neptuno, Plutón y Proserpina

Sin más mirar
y entender
y todo el conocimiento
me transforme en el ignorante
perdido en mis tres caravelas

Ver, sin más mirar
caer ante lo divino
del poder de las deidades
y que me invada el sentir

y fracasar en mi intento
ciego
de conquistar a Afrodita
sin más destino que el de
someterme al puño del gran Baco

Mirar al horizones, tan pronto
Acercarme resignado a la tempestad
Librado al abandono

Dejaré como siempre el timón
librado al viento y la voluntad divina
Resignaré el poder del hijo de un dios
Sin más llanto ni pataleo

Y cuando Poseidón se atreva
a enfrentar al humano a quien subestima
Cuando me escupa una ola y me encuentre flotando en el océano
Cuando todo lo que quede de mis barcos
y mi tripulación sea, tal vez, solo tablas y alguna vela, ya inútil

No voy a nadar ni aguantar la respiración
No me ahogaré en la desesperación
Ni sentiré desilusión
Porque habré engañado a los planetas

Poseidón lo hará por mí.