Creció.
Sus huesos se estiraron, sus ligamentos se
rompieron y la velocidad de crecimiento no era la
adecuada.
Lo notó una noche en un balcón de hotel
en Las Vegas.
Muchas abejas sacaban polen de los frutos de
una palmera que le tapaba la vista.
Las Vegas, la ciudad del pecao.
No. Definitivamente ya no tenía a nadie.
Su mundo se dividía de forma análoga con
su cuerpo. Con sus huesos y ligamentos.
- No sirve de nada mentirse a uno mismo.
¡Qué estremecedoras eran las charlas consigo mismo!
Pero si no era con él... ¿Con quién más?
¿Quién lo soportaría?
¿Quién lo entendería?
Una vida corta que él no había pedido
Un calamar gigante, culeado por un tiburón de
cinco ojos.
Vieja estrella de mar, prepárate para ser
violada.
I M P O R T A N T E
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En caso contrario, está especificado en el debido archivo.
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